Cuando el DVD estaba desplazando al VHS, un amigo de mis padres les dejó el de «Una Historia Verdadera», una película de carretera dirigida por David Lynch y basada en la historia real del viaje que Alvin Straight realizó recorriendo unos 500 quilómetros por Estados Unidos en su cortadora de césped para visitar a su hermano Lyle, quien había sufrido un infarto. Recuerdo que mis padres me recomendaron ver la película y, ciertamente, me encantó, pero no sé si tanto como su banda sonora compuesta por Angelo Badalamenti (1937 – 2022), un músico y compositor estadounidense de origen italiano que fue muy reconocido por la banda sonora de la serie Twin Peaks.
La canción de la entrada de hoy en el blog también se usó en una campaña de publicidad para la televisión de una empresa alemana de automóviles. El original anuncio, donde las imágenes de las carreteras avanzaban por duplicado y entrelazándose, finalizaba con la pregunta «¿Te gusta conducir?». Pues sí, en realidad, me gusta, la mayoría de las veces es mi espacio de reflexión, de soledad, de recuerdos, y en el que nunca falta la música.
Desde hace casi un año, esos kilómetros me llevan hacia el Delta de l’Ebre, un espacio natural protegido donde abundan los arrozales y cientos de especies de aves y que es muy recomendable visitar en las cuatro estaciones del año. Conduciendo por las carreteras que pasan entre sus campos de arroz suelo ver tractores trabajando. Es en esos instantes cuando puedo recordar al protagonista de la película en su viaje para visitar a su hermano, o también a mi amigo Pepe Canalis conduciendo el tractor dispuesto a recoger deliciosos melocotones.
Anteayer cené con amigos del bachillerato con los que pude recordar anécdotas, profesores, repasar cuántas cosas nos sucedieron y agradecer que otras no ocurrieran. Probablemente piense en ellos y en muchos de los que recordamos en esa cena mientras regrese del Delta conduciendo y escuchando música. Seguramente vuelva a agradecer que no nos pasara nada malo y que, después de tantos años, nos podamos volver a ver y no parar de reír como cuando éramos adolescentes. De regreso a casa, quizá elija alguna canción triste en recuerdo a los tres jóvenes de Camarles que fallecieron hace tan solo una semana y a cuyo homenaje habré asistido. Y piense en la fortaleza de la gente del Delta, su perseverancia, su identidad con el territorio y sus costumbres, y me tranquilice pensando en que saldrán adelante como siempre lo han hecho.
Quizá en algún momento del viaje mi imaginación cambie las cuatro ruedas del coche por las cuatro patas de la cama voladora y sobrevuele, junto a algún grupo de flamencos o de patos, por encima de lagunas, arrozales, barracas, bosque de ribera, playas, dunas, acequias, canales, pueblos. Cama voladora, vuela un poco, por favor…
Country Waltz
When the DVD was taking the place of VHS, a friend of my parents brought them «The Straight Story», a biographical road drama film directed by David Lynch and based on the true story of the trip that Alvin Straight made traveling about 500 kilometers across the United States on his lawnmower to visit his brother Lyle, who had suffered a heart attack. I remember that my parents recommended me to watch the film and, certainly, I loved it, but I don’t know if as much as its soundtrack composed by Angelo Badalamenti (1937 – 2022), an American musician and composer of Italian origin who was highly recognized thanks to the soundtrack from the Twin Peaks series.
The song from today’s blog post was also used in a TV ad campaign for a German car company. The innovative advertisement, where the images of the roads advanced in duplicate and intertwined, ended with the question «Do you like to drive?» Well yes, actually, I like it, most of the time it is my space for reflection, solitude, memories, and in which music is always there.
For almost a year now, those kilometers have taken me to the Delta de l’Ebre, a protected natural area where rice fields and hundreds of species of birds abound and which is highly recommended to visit in all four seasons of the year. Driving on the roads that pass through the rice fields, I often see tractors working. It is in those moments when I can remember the leading role of the film on his trip to visit his brother, or also my friend Pepe Canalis driving the tractor ready to pick up delicious peaches.
The day before yesterday I had dinner with friends from secondary school with whom I could remember anecdotes, teachers, review how many things happened to us and be thankful that others did not happen. I will probably think of them and many of those we remembered during that dinner as I will be driving back from the Delta listening to music. I will surely be grateful again that nothing bad happened to us and that, after so many years, we can see each other again and not stop laughing same as when we were teenagers. On my way back home, perhaps I will choose a sad song in memory of the three youngsters from Camarles who died just a week ago and whose tribute I will have attended. I think about the strength of the people at the Delta, their perseverance, their identity with the territory and their traditions, and I reassure myself thinking that they will get ahead as they always do.
Perhaps at some point during the trip my imagination will change the four wheels of the car for the four legs of the flying bed and fly over, together with a group of flamingos or ducks, over lagoons, rice fields, shacks, riverside forests, beaches, dunes, ditches, canals, towns. Flying bed, fly a little, please…
Love it!!!!!!