Twist in my sobriety

Así como Ennio Morricone (protagonista de mi anterior publicación sobre «Gabriel’s Oboe») tuvo numerosos reconocimientos no sólo por su prolífica carrera sino también por la calidad de muchas de sus obras, me atrevería a decir que -injustamente o no- Tanita Tikaram fue una de esas artistas conocidas por un único éxito musical.

Hija de un indo-fiyiano y una malaya, Tanita Tikaram nació en Alemania y se crió en el Reino Unido. Enloqueciendo al dicho que nadie es profeta en su tierra, su famosa canción no estuvo muy arriba en la influyente lista de éxitos del Reino Unido aunque sí logró entrar entre los 10 primeros en las listas de Alemania y también de otros países de Europa. Recordaba perfectamente haberla escuchado en la radio e incluso que aparecía un asno en el videoclip. Lo que no había pensado antes es qué hubiera sido de esta canción sin el oboe que va saltando dulcemente por ella. Sí, un oboe. A pesar de que no se use habitualmente en otros géneros musicales más allá de la música clásica, lo podemos encontrar de manera esporádica en algunas grabaciones de canciones específicas y en ésta en concreto tiene una presencia muy destacada.

Según Tanita Tikaram contó en alguna entrevista, la canción trataba principalmente sobre los sentimientos con el mundo en la post adolescencia. Al margen de la originalidad de incluir un oboe, me parece justo destacar la letra de la canción y su contundente primer verso donde cita el título de una obra de la escritora, poeta y activista estadounidense Maya Angelou https://www.mayaangelou.com, en memoria de quien se celebraba el 4 de Abril el día de la lectura.

Los amantes de las series podríais haber reconocido la canción en un capítulo de «Corrupción en Miami» e incluso a su hermano Ramon Tikaram en «Juego de Tronos». No es mi caso, prefiero los cuentos de mi padre en la cama voladora.

Twist in my sobriety

Just as Ennio Morricone (the main role of my previous publication on «Gabriel’s Oboe») had many recognitions not only for his prolific career but also for the quality of his works, I would dare to say that -unfairly or not- Tanita Tikaram was one of those artists known for a single musical hit.

The daughter of an Indo-Fijian and a Malay, Tanita Tikaram was born in Germany and raised in the United Kingdom. Driving crazy the saying that no one is a prophet in her land, her famous song did not reach high positions on the influential UK music hit charts, although it did make it into the top 10 in Germany and other European countries. I perfectly remember having heard this song on the radio and even that a donkey appeared in the video clip. I have never asked myself before what would have happened to this song without the oboe that is gently jumping through it. Yes, an oboe. Although it is not commonly used in other musical genres beyond classical music, we can find it sporadically in some recordings of specific songs. As you can realise, it has a very prominent presence in this song.

According to Tanita Tikaram, the song was mainly about how do we feel the relationship with the world when we enter adulthood just after adolescence. Apart from the originality of including an oboe, I think it is fair to highlight the lyrics of the song and its forceful first line of the song which is the title of a book by the American writer, poet and activist Maya Angelou https://www.mayaangelou.com. Last April 4 was Dr. Maya Angelou’s day of reading.

Series lovers might have recognized the song in an episode of «Miami Vice» and Tanita Tikaram’s brother Ramon Tikaram in «Game of Thrones». I prefer the stories of my father in the flying bed rather than watching tv series.

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